sábado, 27 de septiembre de 2008

...Si tu recuerdo me hace bien, O ME HACE MAL....

En mi opinión, si hay algo que puede definir la calificación de una persona como impresentable es el terrible y cursi acto de entregar un souvenir al finalizar una fiesta.
Esos cositos, que muchos consideran simpáticos, inocentes y decorativos, son para mí, el reflejo de la estupidez mental de quien los entrega.

Salvo en los casos de inimputabilidad -nacimientos, bautizmos y cumpleaños de 15- donde la falta de capacidad, libertad y discernimiento del recien nacido, bautizado o cumpleañera, hacen que toda la responsabilidad recaiga en los respectivos progenitores, en el resto no hay excusa para el atentado al buen gusto que un par de palomitas con sendos anillos en los picos, o dos delfines entrelazados sobre una burda imitación de coral significan.

No puedo entender cual es el misterioso motivo por el cual, una persona en su sano juicio puede creer, que un miniportaretrato con su cara junto al novio/a en cuestión, puede ser un lindo recuerdo de su boda... Por que...¡No lo es! .... Y tampoco los frasquitos de vidrio llenos de pelotitas rosa nacarado lo son.

El mejor recuerdo que puedo guardar de una boda es el dolor de pies por bailar tanto, de mandíbula por reirme a lo loco y de estómago/ cabeza por todo lo que comí/ tomé. No la velita de cera lilácea con brillantina y cartelito escrito con bolígrafo plateado que reza "Nuestro enlace -Valeria y Marcelo - 22-12-05".

Y lo peor, es que no sólo no se dan cuenta que su conducta es merecedora de ostracismo social solo por la entrega del maldito coso ese, sino que además, la feliz parejita de reciencasados suele organizar toda la liturgia del caso, verbigratia: cada vez que un invitado se está por retirar se acercan los dos muy orondos y te dan el souvenir, todos contentos.

A mi turno, como si con mi cara de ¿y ahora que mierda hago con la porquería esta? no les alcanzara, me dan otro para que le lleve a mi mamá de recuerdo, y otro más "para María que no pudo venir". O sea, ¿encima que me encajas esta basofia que ni bien salga del salón la pienso revolear por la ventanilla del remis, me haces asumir la responsabilidad de entregarselo a un tercero...? Ah no... esto es demasiado.


Pero no termina ahí. Porque como yo estaba muy en pedo, y revolié en vez de una, las tres parejitas de cerámica en frío que me dieron, la próxima vez que estemos los reciencasados, mi vieja (o María) y yo en un mismo recinto, seguramente ellos preguntarán por el souvenir que les mandaron vía Anette. Y yo me veré en la dura prueba de tener que decirles que bajé tan apurada del remis que como una tonta me los olvidé, y que la señora de la agencia se hizo la burra cuando los reclamé... -seguro que se los quedó ella-, dirán los cursis, -es que eran tan lindos- remataré yo...

Por eso, si están pensando nacer, cumplir 15, o bautizarse, díganle a sus papitos que a mi no me manden la cagadita melosa que recuerda el evento.
Y si están pensando casarse, sepan que ese nomeolvides empalagoso y farolero que me piensan dar a la salida, va a ir a parar al cielo de los souvenires, junto con todos los que he recibido hasta el momento.
Y que por muy linda, cara y animada que haya sido su boda, pasaran a engrosar mi lista de impresentables, de la que lamentablemente, como de la muerte y el rídiculo, no se vuelve.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajaj, pará: hay algunos que son copados... por ejemplo un dvd de algo o algún cd con fotos está bueno...
No seas tan mala!!!! Yo guardé el souvenir de mi primita cuando la bautizaron...

El día que me case a la salida les doy un fernet a cada uno para que se lo tomen en mi honor... eso puedo?!?!

Beso

chuni

Anita dijo...

Si, eso si podés amiga. Es más, iba a poner que esa era la única excepción que confirma la regla de la impresentabilidad... je...
Beso !!

Ceci Rossi dijo...

jajjaja
muy copado lo tuyooo jajaj

Ceci Rossi dijo...

jajjaja
muy copado lo tuyooo jajaj

Claudio G. Alvarez Tomasello dijo...

Alguien tenía que decirlo.