miércoles, 27 de enero de 2010

Las vendedoras no van al cielo

Ocupando uno de los primeros lugares de mi lista de personas a las que mataría con una lima de uñas, se encuentran ubicadas esas alimañas inmundas, esos seres terribles, ponzoñosos y patéticos: las vendedoras de ropa.
Si, esas estúpidas -generalmente- descerebradas que piensan que porque trabajan en una casa que vende jeans a trescientos pesos son descendientes de Lady Di...
Pero... ¿¡que las pasa taradas!? ¿No se dan cuenta de que ustedes no son las dueñas de Rapsodia o Ricky Zarkany?... ¿Por que me miran con desdeño cuando entro a sus locales a "mirar" si les pagan para eso?.
No las soporto, sépanlo. Sepan que cada vez que pregunto el precio de una prenda y mis ojos se desorbitan ante los inverosímiles costos que ustedes pronuncian con desprecio mal disimulado, es porque no imagino como les alcanza a las de su especie con los miserables suelduchos que les pagan, para tener puesta justo esa camisa, o bota, o lo que mierda sea.
Talvez sea por eso, por los miserables suelditos digo, que siempre se ofenden y mascullan un saludo semi educado cuando después de probarme una montaña de pantalones, y no lograr embutirme en ninguno, les digo "no lo llevo, gracias, sigo buscando"... ¿Acaso creen que todas cabemos en esos anoréxicos tallecitos que requieren quirófano para poder ser usados? ¿Por asomo imaginan que voy a comprarles un jean que me deja medio culo afuera y me corta la circulación de los tobillos solo porque me mostraron cuatro antes que este? No... se equivocan.
Y se equivocan también al cuchichear entre ustedes cuando una clienta les pide más cuotas, o más talle, o que empaqueten las cosas por separado que son regalos distintos. ¿Dónde quedó eso de que el cliente siempre tiene la razón? Ah, si, ya sé donde. Quedó en la época en que contrataban mujeres que sabían vender y cambiaron por estas pendejitas creídas que como ya no cobran comisión se cagan en los clientes.
¿Que piensan? ¿Que por ser casi lindas va a venir el dueño de la marca y les va a hacer unas fotos como a Pampita y se van a salvar del horario del shopping? No tontas, eso no va a pasar. Van a seguir vendiendo trapos caros hasta que se aburran de gastarse todo el salario en pilchas con descuento y se busquen algo mejorcito. O si son una poquitín inteligentes, hasta que las asciendan a encargadas y les den un celular piojoso y sin crédito para que se comuniquen con otras encargadas de la cadena de locales y consigan lo que falta en el suyo (buena atención jamás, obvio).
O, como muchas de ustedes soñarán (no tengo duda de que lo hacen), hasta que se animen a anotarse en un terciario (si acaso terminaron el secundario), y cursen diseño de indumentaria, y terminen de vendedoras -otra vez- en el localcito de alguna compañera más talentosa, pero en Palermo Soho en vez del Abasto Shopping.
Así que chicas, vayan sabiéndolo. El karma no perdona, y por cada cara de culo que le pusieron a una clienta insistente, cada sonrisita burlona ante una rellenita que no consiguió talle, y cada cuota que amarretearon pese al escandoloso gasto que hizo el comprador, hay un escalón más en la escalera que conduce al cielo, lugar que ustedes, por berretas, maleducadas y engreídas, solo verán en fotos en las revistas de la peluquería...