viernes, 29 de agosto de 2008

ESTA BOCA ES MÍA

Durante muchos años de mi vida, estuve convencida de que mi nombre era Ana Clara Callatelaboca.
Será porque la verborragia siempre fue mi cualidad determinante, que no hubo una sola maestra de la primaria que no agregara junto al "Eres muy buena alumna...." un "...pero debes aprender a mantenerte callada" en el boletín.
Y la misma censura la sufría en casa, donde mi abuelo Juan, en su afán de que saliéramos educaditos, nos mantenía callados a mi primo y a mí, a fuerza de retos y penitencias horribles con tal de que lo dejemos escuchar el "noticioso".
Entonces, durante el día acumulaba miles de palabras a las cuales les negaba la salida para evitar castigos académicos o familiares, y me iba a dormir, a soñar. Que daba discursos, cátedras, conferencias; que me pedían en los cumpleaños "¡Que hable! ¡Que hable!"; que los chicos del cole me decían "Anita, contate algo". Y yo hablaba, hablaba y hablaba....
Durante la secundaria la cosa mejoró un poco. Las amigas siempre están dispuestas a escuchar, aunque no siempre les interesaba lo que yo tenía para decir.
Pero lo mejor de la secundaria no fue haber podido hablar más. Lo mejor de esa época fue empezar a escribir. Todo lo que no había podido (ni podía) decir entonces, lo escribía. En cuadernitos papel araña, en hojas sueltas que escondía por ahí. Escribía, escribía, escribía. Pavadas sencillitas y empalagosas, claro está. Pero pavadas mías.
Algunas cosas buenas también debo haber escrito. Pero después me enojaba y las rompía, ¡maldita inestabilidad adolescente!
Y así fui creciendo. Crecí y me fui olvidando de escribir.
A veces me acordaba y no tenía tiempo. Otras tenía tiempo pero las musas estaban de vacaciones (como dice el Nano). Así que poco a poco, se me fueron acumulando las palabras otra vez. Pero ya no soñaba que daba conferencias ...
La vida me llevó por caminos donde no siempre pude decir lo que quería. "Debes aprender a mantenerte callada", volvió a ser la premisa de esta buena alumna.
Hasta que buscando una válvula de escape empecé a escribir este blog, para poder decir todo lo que acumulé en tantos años de respeto, buenos modales y correcta educación.
Ahora también escribo pavadas, como las de tiempo atrás. Pero puede que escriba algo bueno también. Y esta vez no lo voy a romper.
Lo voy a publicar acá, para quien lo quiera leer. Pero en especial para mi, que aprendí que Ana Clara Callatelaboca no es mi nombre.
Y que mientras esta boca siga siendo mía, no pienso acumular una sola palabra más.

1 comentario:

Naimad dijo...

Mi historia es similar, o no tanto, pero si su final. Yo de pibe no tenía a quien contarle las cosas, asi que cuando me jodían las escribía. Obviamente, esos papeles sueltos y/o servilletas de bares no tenian un destinatario y sencillamente desaparecían como habian venido al mundo.
Un dia por x causas descubrí un blog y se me ocurrió que era una buena forma de archivar mis estados de ánimo, ya que no escribo por vocación, sino por necesidad. Me chupa un huevo si lo lee uno, dos o treinta... cuando escribo se va, y se me sale del pecho. Asi nació y sobrevive mi blog...

Todo esta perorata solo para decirle lo bien que se siente... (no era mas fácil usar solo esas 5 palabras?)

Beso

PD: y nuca se calle si no lo cree conveniente. Ud. hágase cargo de las consecuencias, y el resto de la parte que les toca.