lunes, 6 de octubre de 2008

Fiebre de sábado por la noche

La noche porteña puede deparar al observador desprevenido, un espectáculo tan patético como fascinante: La hembra argentina buscando aparearse.
Será porque hace varios años que ya encontré con quien compartir colchón y puchero, que me desacostumbré a las prácticas de levante y ver semejante escena me resultó repugnante.
O será que las mujeres están cada vez peor y el hambre de hombres las hace comportarse como que animalitos en celo...
De lo que pude apreciar en mi estudio de campo, comparto con ustedes los puntos más interesantes:
1) La producción:
El que piensa que las argentinas son las mujeres más lindas del mundo, está equivocado. Las argentinas son las mujeres más "tuneadas", que no es lo mismo.
Sin contar el paso por el cirujano plástico que les agregó esa sensual turgencia en el pechito, el tuning bolichero no deja ningún detalle librado al azar.
Así, cualquier oficinista medio pelo de la calle Reconquitsa, se convierte en una perra nocturna con solo embutirse en unos jean 3 o 4 talles menos que su contorno de cadera; subrise a unos taco aguja enemigos de cualquier pie feliz; amatambrarse en un strapless de lycra que, combinado con el tiro extrabajo del jean no solo mostrara una inoportuna rayita cuando se sienten, sino que dejará aparecer algo peor que los flotadores: el moflete del omóplato.
Si a eso le sumamos una buena alisada de pelo, arqueador de pestañas, 5 mm de base, gloss y sombra nacarada, donde esta mañana había una empleada de ANSES, ahora tenes una gemela de Yésica Cirio.
Pero ojo, así como a las 12.00 la Carroza se convertía en zapallo y el lujoso vestido en harapos, a las 6 de la mañana el minón este se transforma en un revoltijo de carnes flojas, rimmel pegoteado y perfume Impulse.
2) La irracionalidad de las cuarentonas:
Ver a una mina de veinti o treinta y pico menearse a lo bailarina de Tinelli después del banquete, me da un cierto escozor. Ahora, ver una mujer en sus cuarenta, enfundada en un chupin y tomando Speed con vodka rodeada de sus menopáusicas congéneres, todas entonando "Baila morena, baila morena" me da asco. Señoras ¿que les está pasando?.
¿No son acaso ustedes las que lucharon por la igualdad de sexos? ¿No pelearon a capa y espada por su decencia contra aquel ex marido que con tal de no pasarles un mango las quiso ensuciar en tribunales? ¿No lloran de emoción cuando ven a Diane Keaton arrugada, con los calores y ciclotimias de la edad y sin embargo digna del amor de Keanu Reeves.
Si, son ustedes. Pero parece que tanto Koleston le amoniacó el cerebro.
3) La putarraquez generalizada:
Por último, y no por eso menos importante, quiero dejarles una reflexión acerca de la putarraquez que observé el sábado a la noche.
Sin pecar de ingenua, debo admitir que el nivel de calentura que demuestran las féminas de toda edad al trasbasar la puerta de entrada al boliche es sencillamente, increíble.
Yo nunca fui una santa, es verdad. Pero me autoencerraría en un neusiquiátrico si por una botella de champagne de $ 20, me sometiera al triste espectáculo de dejar que un esqüincle con tanga me sobara la gallinita en la jeta enfrente de toda la concurrencia del lugar.
Y la putarraquez no respeta edad. Viejas calentonas y pendejitas trolas se mezclan entre la luz de neón y el humo artificial de la pista, bailando, apretando, dejándose filmar por un trago de cerverza.
...
Seguramente muchos van a pensar que soy una antigua, o que vivo en un Tupper. Y tienen razón.
Por eso, si alguna vez me quedo sin el que me calienta los piecitos a la noche, bánquenme. Vengan a mi casa y déjenme emborracharme solita. Pero después, métanme en la cama, cierren la puerta y llévense la llave. Escondan todas mis pinturas y no me dejen a mano ningún jean de los de antes de engordar.
Y si es sábado a la noche y ven que me sube fiebre, me enchufan 4 o 5 Ibupirac y me meten en la bañadera llena de hielo. No sea cosa que algún día, sea yo la calentona que de tema a este post.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto que estan hechas unas trolas. Pero está buenisimo.
George

Johan Bush Walls dijo...

Mirá pues, yo que no conozco Argentina, ahora más que nunca quiero conocer. Debo ahorrar.

Salú pue.

Anita dijo...

Pues te esperamos Johan!!
Veras que el nuestro, es un país muy aCOGEDOR !!
Saludos !!

Naimad dijo...

Me reconozco más viejo que Ud. y voy a decirle algo. Esto en mis años de juventud no pasaba. Uno tenía que remar tanto que no le quedaba fuerza en los brazos ni para ser onanista. Y todo para que? Para ligar como gran premio un beso mustio y con suerte el teléfono.

Claro, reconozco que había que estar tambien del otro lado del mostrador cuando yo me acercaba a consumir...

Ahora... No se que lugares frecuenta pero... podría pasar la data?

Ud. no se imagina la gran cantidad de "cenicientas" que pululan por baires. Yo, por eso, rajo antes de las 12, no se cosa que termine apoliyando con una calabaza.

Anónimo dijo...

tristisimo. yo te prometo que jamás voy a dejar que des esos espectáculos desagradables... viejas con hijos de mi edad (mi mamá es cuarentona aún) no me la imagino moviéndole el culo a pibes que tienen mi edad...
Son reventadas... para pasar un sábado a la noche, supongo que está bien. De llevarla a pasar navidad con mamá y papá, ni hablar.

Beso

Chuni (aprendiendo a menear)

Anónimo dijo...

creo que mujeres reventadas y ordinarias hubo y habrá siempre. Y también de las otras. Tendrías que ir a otro lado entretenerte, si no te gusta. ¿A qué vas a esos lugares? porque no creo que vayas solo a hacer estudio de campo. ¿O te sobra el tiempo?
Yo soy una pacata y no voy a bailar, me aburre y no me identifico con esos ambientes. Soy , para muchos, el protptipod ela intelectual aburrida...Pero la mujer de otras épocas era más cornuda, más infeliz, no sabía nada del mundo, ni de los hombres, ni de sí misma. Y en la noche de estos tiempos, muchas mujeres son patéticas, pero no más que los hombres. Cada uno hace sus propias búsquedas , como puede, como le sale. Muchas mujers de ahora dan acsco y pena. Pero las mujeres de la ´poca de mi abuela eran entes.

Anónimo dijo...

me encanto ese articula ana !!! bravo !besos

Anónimo dijo...

Yo tampoco soy un santo, como la amyoria de los que leemos este post seguramente.

Pero comparto tu repugnancia a esta desmedida locura y falsa "pasion". Lamentablemente cada vez son menos las personas(hombres tambien) que siguen una linea de valores mas tradicional y mas "normal" para mi gusto.

El instinto, piel, calentura jamas pueden ser mas importantes que el cariño, amor y respeto. Quizas no sea el angulo corecto para hacer comparaciones, pero creo explicarme)

Es lo que nos distingue a los hombres de otros seres vivos, de animales - nuestras acciones no se basan solamente en instintos.

Triste, muy triste

Saludos,